¿Por qué NO me funciona la crianza respetuosa? Reflexión psicológica y crítica de "HARTA" de Netflix

¿Sientes que la crianza respetuosa no se adapta a tu realidad? En esta entrada, te explico desde una mirada psicológica y humana cómo la interseccionalidad influye en tu crianza, usando como ejemplo la película “Harta” de Netflix.

PSICOLOGÍA Y CRIANZASALUD MENTALCRIANZA CONSCIENTE

Kerly Johana Lastre

6/26/20255 min read

Hoy quiero hablarte desde un lugar muy íntimo, desde lo que siento en lo profundo del alma tras ver una película que no solo remueve emociones, sino que pone palabras a muchas de las realidades que vivimos. “Harta” (Straw, 2025), disponible en Netflix, protagonizada por Taraji P. Henson y dirigida por Tyler Perry, no es solo un drama: es un espejo, una sacudida emocional, un resumen de un día en la vida de una mujer que materna en soledad. Y sí, es también una invitación a reflexionar sobre las cargas invisibles que muchas madres llevan sobre sus hombros, en silencio.

Y no, no te preocupes que no te daré spoilers de esta película, por que se que muchas personas están buscando de qué trata Harta de Netflix o el final de Harta explicado, reseña de harta... etc.

Y lo que haré básicamente aquí es un análisis crítico psicosocial de Harta la película de Netflix que está atrayendo la empatía de muchas personas. .

“Harta” ha tocado fibras en millones de mujeres, sobre todo en quienes somos madres. Su popularidad se debe a la empatía que ha generado con muchas mujeres que nos vimos representadas en cada agobiante situación. Y no es casualidad. Hay algo muy real en esa historia, algo que hemos vivido o hemos sentido muy de cerca. La protagonista, Janiyah Wiltkinson, representa a tantas de nosotras: mujeres que maternan desde el cansancio, desde la falta, desde la invisibilidad, desde el dolor. Mujeres que, aunque están al borde del colapso, siguen.

La película nos sumerge en la vida de Janiyah, una madre negra y soltera que enfrenta un sufrimiento atravesado por múltiples formas de desigualdad socioeconómica. Pero, más allá del drama, hay una palabra clave que nos ayuda a entender el porqué de tanto sufrimiento: La interseccionalidad.

¿Qué es la interseccionalidad?

Imagina una carrera de atletismo. Todas las personas están en la misma línea de salida. Pero a algunas les colocan cadenas pesadas antes de arrancar. Y a medida que avanzan, les siguen poniendo más y más cadenas. Hay quienes tienen apenas una cadena muy ligera, otras corren casi libres. Pero algunas, simplemente, no pueden avanzar.

Eso es la interseccionalidad. Es entender que hay personas que enfrentan múltiples obstáculos al mismo tiempo. No es solo por ser mujer, o por ser pobre, o por ser de una minoría étnica. Es por ser todo eso al mismo tiempo. Y esa combinación hace que el camino se vuelva mucho más difícil, casi imposible de recorrer.

Este término nace del feminismo negro y de la lucha de las mujeres de color que, cansadas de que sus experiencias fueran invisibilizadas, decidieron ponerle nombre a su dolor. Porque no es lo mismo ser mujer blanca que ser mujer negra, pobre y madre soltera. Las etiquetas se cruzan, se entrelazan, se intensifican.

Las mujeres, como Sojourner Truth, Ida B. Wells, Anna Julia Cooper y Maria Stewart, consideraban la lucha por la justicia para las mujeres negras en EE. UU. (y grupos similares globalmente) como una necesidad fundamental3. Una contribución clave de las teorizaciones feministas negras de la interseccionalidad es la idea de que las experiencias vividas de marginación y violencia son una poderosa fuente de conocimiento y acción social (Grzanka et al, 2020).

¿Por qué esto importa en la Crianza?

Porque no todas las familias empiezan desde el mismo lugar. Y cuando una mamá pertenece a varios grupos históricamente marginados, las dificultades no solo se suman, se multiplican.

La crianza respetuosa es hermosa, pero muchas veces se enseña sin reconocer las distintas realidades que enfrenta cada mujer que materna, cada hombre que paterna, cada familia. Se asume que todas las familias tienen tiempo, red de apoyo, recursos emocionales y económicos. Pero no es así. Y por eso, la crianza respetuosa no se puede vivir de una única forma. Tiene que ser flexible, adaptada, sensible a las realidades de cada familia.

De mi psicóloga Vane, @la_mala_madre, aprendí algo que resonó conmigo: todo oprimido, oprime al que está debajo.

Cuando una mujer está siendo constantemente atravesada por injusticias sociales, culturales, familiares… cuando carga con mandatos, expectativas y silencios heredados… tarde o temprano, sin querer, termina descargando esa presión sobre quienes tiene autoridad, sus hijos e hijas.

Si este es tu caso, te comprendo y estoy totalmente convencida de que no lo haces por maldad. Es imposible que con tanta presión, una no estalle. Lo haces desde la incomprensión, desde lo no resuelto. Desde el cansancio de sostenerse en un sistema que oprime a las madres.

Y de ese circulo solo se sale fácilmente, sino con apoyo psicosocial, comunitario y/o profesional empático.

Esta idea me hizo mirar hacia adentro, cuestionar lo que repito sin darme cuenta y, sobre todo, abrazar la posibilidad de sanar para no seguir hiriendo a otras mujeres.

Porque cuando una mujer sana, ayuda a otras a sanar....sanamos, no solo nos liberamos nosotras… también les damos libertad a las mujeres que nos rodean.

Janiyah: un ejemplo de interseccionalidad

Volviendo a “Harta”, Janiyah es el ejemplo vivo de esta teoría. Su historia no es solo la de una madre soltera. Es la de una mujer que:

  • Cría sola a su hija.

  • Vive en pobreza estructural.

  • Enfrenta el racismo todos los días.

  • No cuenta con una red de apoyo.

  • Sufre violencia institucional.

  • Y además, cuida a una hija con enfermedad crónica.

Cada uno de estos factores por sí solo ya es difícil. Pero juntos, crean un escenario insostenible. Una bomba de tiempo, como la que otros creían que llevaba en su bolso, ¿recuerdas?. Y así como Janiyah, hay muchas mujeres que viven maternidades agobiantes y silenciadas, cargando una bomba de tiempo de su bolsa.

"Adaptar es la clave para que la crianza respetuosa te funcione"

Entender la interseccionalidad nos ayuda a dejar de juzgar. A mirar con empatía. A saber que no hay una única manera de criar, y que lo que funciona para una familia, puede no funcionar para otra.

Si queremos una Crianza Justa, necesitamos mirar:

  • ¿Qué recursos tiene esa familia?

  • ¿Tiene apoyo emocional o está sola?

  • ¿Tiene acceso a salud, educación, espacios seguros?

  • ¿Cómo está la salud mental de la cuidadora o cuidador?

Porque no puedes pedirle paciencia a una mamá que no ha dormido. No puedes exigirle conexión a una madre que tiene hambre. La crianza respetuosa comienza por descargar de la madre todas las bolsas que carga encima, por reconocer sus diferencias e injusticias que atraviesa. Si no ocurre esto primero esa madre se sumirá en lo más profundo de la culpa y será añadirle otra bolsa más que cargar.

Un llamado a la empatía y la conciencia

La interseccionalidad no es una moda. Es una herramienta para ver con más claridad. Para entender que las desigualdades no son solo personales, son estructurales. Y que, si de verdad queremos criar desde el respeto, tenemos que empezar por respetar las realidades de cada hogar.

Si eres madre, padre, abuela, abuelo, u otro cuidador que está criando niños o niñas, te invito a escucharte, a mirarte con más amor, con más sensibilidad. Porque cuando entendemos estas capas de dolor y de lucha, algo se transforma en nosotros.

Nos volvemos más humanos.

Gracias, “Janiyah”, por ponerle rostro y voz a tantas madres que han sido invisibilizadas. Y gracias a ti, por leer con el corazón abierto.

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